Se da como un hecho la elección del populista y demagogo Andrés Manuel López Obrador como presidente del país azteca. Es lamentable que el pueblo vote por odio contra los gobiernos del pasado. Esa es la oportunidad que aprovechan los embaucadores para ofrecer a los pobladores “villas y castillos”. Estoy consciente de la corrupción de los gobiernos del PRI, del PAN y de sus aliados, pero como dice el refrán popular “no vamos a incendiar el edificio para sacar a un inquilino”
El diario estadounidense The New York Times en su edición de ayer publica un artículo titulado “Las caídas y el ascenso de Andrés Manuel López Obrador” donde hace un recuento de la actividad de este político mexicano.
Cita palabras del candidato presidencial en uno de sus mítines donde señala que de llegar a la presidencia de ese país “venderá el avión presidencial y que convertirá la residencia presidencial (Los Pinos) en un parque público”. Pura demagogia.
Fueron las mismas palabras que pronunció en su campaña como candidato presidencial de Venezuela el autócrata y prepotente Hugo Chávez Frías, cuando anunció que vendería el avión presidencial bautizado por el pueblo como “El camastrón” y convertiría la residencia presidencial denominada “La Casona”, en una escuela para los niños pobres. Así como estas fueron muchas las promesas que hizo, hasta llegar a señalar que él no era ni socialista, ni comunista. Pura demagogia.
El avión no lo vendió sino que fue repotenciado y se usó para llevar su excesiva comitiva presidencial que pasaba de las 300 personas a los países donde viajaba y de vez en cuando prestárselo a la línea aérea Cubana de Aviación. Además se compró para su uso exclusivo un Airbus ACJ-319, a un costo de setenta y un (71) millones de dólares que incluía las reformas que él solicitó a la empresa fabricante del avión. En cuanto a la residencia presidencial, nunca se transformó en una escuela y en la actualidad y desde 1999, con gastos a cargo del Estado venezolano, ahí viven los hijos de Chávez, a los cuales el dictador venezolano Nicolás Maduro no ha podido sacar. Discurso demagógico para un pueblo engañado.
Que coincidencia, que el populista López Obrador, entre este y otros planteamientos siga los discursos del destructor de Venezuela Hugo Chávez Frías. El tiempo de su futura gestión de gobierno vendrá, pero ya será demasiado tarde para que los mexicanos se den cuenta del error que cometieron, como lo que pasa actualmente en Venezuela.
Razón tenía el cantautor y escritor Facundo Cabral cuando decía “Solamente le tengo miedo a los pendejos ¿por qué? porque... son muchos no se puede cubrir un frente tan amplio y al ser mayoría son peligrosos pueden elegir hasta al presidente.”
Aunque no comparto la expresión pendejo que cita Cabral, pero esa era su punto de vista. En lo demás estoy plenamente de acuerdo.
No digan que no lo dije, el tiempo me dará la razón.
Jairo Pardey Arrieta