jueves, 27 de julio de 2017

Valores venezolanos                                                  

MANUEL PEREZ GUERRERO: 

UN HOMBRE UNIVERSAL

Dr. Manuel Pérez Guerrero
Manuel Pérez Guerrero (18-09-1911-24-10-1985),  fue uno de los venezolanos más relevantes del siglo XX:, No obstante este vendaval  que azota al país pocos lo recuerdan, y serán contados los que puedan responder a la pregunta de quién fue, qué hizo y qué representó para Venezuela y para la comunidad internacional. Simón Alberto Consalvi quien fue su amigo de décadas, tuvo el privilegio de admirarlo en el escenario que siempre lo sedujo, la Organización de Naciones Unidas en New York y en otras latitudes del sistema, como Ginebra. Estuvo muy cerca de ser secretario general de la ONU, y si no lo fue se debió al ajedrez de las potencias con asiento permanente en el Consejo de Seguridad. No obstante, ocupó posiciones tan relevantes como la co-presidencia de la Conferencia Norte-Sur celebrada en París, 1975 -1977.
Por su trayectoria, equilibrio y sabiduría, pocos como Pérez Guerrero fueron tan influyentes y respetados en la ONU. Su experiencia internacional se remontó a la Sociedad de las Naciones. Estudiante de un país remoto, para optar a un cargo en el organismo que le señalaba su vocación, en 1936 decide escribir su tesis doctoral en la Universidad de La Sorbona sobre “les relations des Etats de l'Amérique latine avec la socíeté des Nations”. Fue el primer pasaporte de su éxito, y una vez publicado el libro ese año en París, su nombre inició un largo viaje, como está escrito en los anales de la política mundial, e ingresó al organismo hasta su ocaso con el estallido de la guerra mundial.    
Hay una magnífica biografía de Manuel Pérez Guerrero, escrita por la historiadora Giannina Olivieri Pacheco, retrata al personaje como ser humano, al políglota, al erudito en su doble dimensión de servidor público de Venezuela y alto funcionario internacional, una historia de medio siglo que rinde tributo a un venez0lane universal.


Fuente: Simón Alberto Cansalvi – Biblioteca Biográfica Venezolana

martes, 25 de julio de 2017

Cámara de Representantes de EE. UU
aprueba nuevas sanciones contra
Rusia, Irán y Corea del Norte

La Cámara de Representantes de Estados Unidos fue contundente en su votación y con un amplio margen, fue aprobado dar nuevas sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte, a pesar de las objeciones del presidente Donald Trump a la legislación.


El texto del proyecto de ley justifica las sanciones a Rusia por su supuesta interferencia durante la campaña electoral estadounidense del año pasado, al tiempo que las sanciones a Irán y Corea del Norte se deben a sus programas de armamentos.
De acuerdo con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el paquete se propone "ajustar puntos con relación a nuestros más peligroso adversarios para mantener seguros a los estadounidenses", señala AFP.
Tras este respaldo de los miembros de la Cámara baja, tanto de republicanos como de demócratas, el proyecto debe pasar por el Senado antes de ser enviada a la Casa Blanca para que el presidente Trump firme estas aprobaciones.
Este proyecto de ley incluye un mecanismo que limita la capacidad del presidente Donald Trump de eludir la aplicación de las sanciones a Rusia.
Los líderes del Senado no han dicho cuándo podrían considerar el proyecto de ley de la Cámara. La Casa Blanca dijo que el presidente aún no había decidido si iba a firmar la medida, reseña la agencia Reuters.
De esa forma, si el Senado confirma el proyecto de ley, la única opción que restaría al mandatario Trump para mantener su margen de maniobra sería aplicar un veto.

El proyecto de ley genera preocupaciones en la Unión Europea, donde la legislación podría resultar en multas para las empresas que ayudan a Rusia a construir gasoductos, como el proyecto Nord Stream 2 de 9.500 millones de euros (11.100 millones de dólares).

                                                                                      Fuentes: Agencias de Noticias Reuters y AFP
La rebelión de los bóxers. 1900
Resistencia china al imperialismo

En mayo de 1900 estalló en China la rebelión de los bóxers. Ocuparon Tientsing, puerta de entrada a Pekín, blandiendo lanzas coronadas con las cabezas de misioneros asesinados.
Aunque la rebelión fue centrada en Pekín, esta se extendió a las provincias del sur. El Gobierno promulgó un edicto por el que se prohibían las actividades de los bóxers, pero los informes indican que las tropas imperiales solían mezclarse con ellos.
Los bóxers ("boxeador", "púgil") constituían una sociedad secreta con connotaciones políticas, practicantes de artes marciales. Su objetivo era expulsar a los extranjeros de China. En 1899 emprendieron una campaña de terror por el norte del país que, inicialmente, se dirigió contra misioneros cristianos.
La rebelión de los bóxers fue la expresión del descontento chino frente a las injerencias económicas y políticas de las potencias europeas, evidenciadas a través de las "guerras del opio" contra G. Bretaña (1839-1842 y 1856-1860) y contra Japón (1894-1895).
A partir de junio, la revuelta estalló con fuerza, y los bóxers iniciaron un asedio de dos meses a las Embajadas en Pekín. Estados Unidos envió dos regimientos de infantería para apoyar a algunas de las tropas británicas, francesas, alemanas, japonesas, austriacas, rusas e italianas; y para establecer una fuerte presencia militar en el centro del Imperio chino. Pero para entonces ya había sido asesinado el embajador alemán Ketteler. La amenaza bóxer se había extendido por todas partes. Las potencias subestimaron el tamaño de sus ejércitos. Se cree que solo en el área de Pekín contaban con más de 360.000 soldados. Por ello llegaron a Pekín refuerzos de contingentes de soldados estadounidenses, rusos, franceses, italianos y japoneses.
La Corona China, en manos de la emperatriz Ci Xi, alentó encubiertamente a los rebeldes; la derrota puso en tela de juicio el papel ejercido por la dinastía manchú y precipitó su caída del último emperador.
Las disputas entre Gran Bretaña y China, comenzaron con la Primera Guerra del Opio, por la que el Gobierno chino quería ilegalizar el negocio con dicha droga. Por el contrario, el gobierno británico se negaba a abandonar el tráfico y la producción de opio, ya que para ellos representaba una gran fuente de ingresos, por lo que tras varios enfrentamientos, el ejército chino fue derrotado, y además Gran Bretaña exigió varias condiciones de victoria: cesión perpetua de la isla de Hong Kong a los británicos y permiso de comercialización del opio. Pero éste no fue el último golpe que sufrió el pueblo chino en su orgullo, ya que tanto rusos, como franceses y japoneses (contra éstos últimos perdió otra guerra, en 1895), fueron aumentando su influencia y presencia en suelo chino.
Esta serie de sucesos, fueron vistos por el pueblo chino como una auténtica ofensa, en especial, debido a la pérdida continua de territorios que eran propios y que paulatinamente, pasaban a estar en manos de los extranjeros a los que tanto despreciaban.
El final de esta rebelión se produjo el 7 de septiembre de 1901 cuando la Dinastía Qing aceptó la firma de un nuevo tratado, el Tratado de Xinchou o “Protocolo Bóxer” desfavorable a los intereses del pueblo chino, y que favorecía a las potencias extranjeras. Entre otras cosas contemplaba:
1.-Indemnizaciones y penas de muerte por decapitación para los miembros de la “comunidad xenófoba”.
2.-Las tropas extranjeras dejaron guarniciones militares desde Pekín hasta el mar.
3.-Los exámenes del servicio civil fueron suspendidos durante cinco años.
4.-El Reino Unido y Alemania aumentaron respectivamente en cuatro y diez sus posesiones en China.


Internacionalmente, el prestigio de China llegó a su punto más bajo. La indemnización consumía la mitad del producto nacional, perjudicando su precaria soberanía y marcando el inicio del fin de la dinastía Qing. La derrota puso en tela de juicio el papel ejercido por la dinastía manchú y precipitó su caída en 1911, siendo proclamada la República China.

viernes, 21 de julio de 2017

La primera guerra de independencia de la India

LA REBELIÓN DE LOS CIPAYOS


La rebelión de la India de 1857 comenzó el 10 de mayo como un motín de cipayos, los soldados indios del ejército de la Compañía Británica de las Indias Orientales, en el acuartelamiento de la localidad de Meerut,  quienes se rebelaron contra la metrópoli. El detonante de la revuelta estuvo ligado a razones de índole religiosa: el uso de grasa de cerdo (animal considerado impuro por hindúes y musulmanes) en la munición de un nuevo modelo de fusil utilizado por el ejército. 

Muy pronto se produjo una escalada del conflicto con el estallido de otros motines y revueltas civiles a lo largo de la llanura del Ganges y del centro de India. Los enfrentamientos principales se produjeron en zonas de los actuales estados indios de Uttar Pradesh, Bihar, el norte de Madhya Pradesh y en la región de Delhi. Esta rebelión supuso una amenaza considerable para el poder de la Compañía Británica en toda la región y no fue sofocada hasta la caída del reino de Gwalior el 20 de junio de 1858. La rebelión de los cipayos también es conocida por algunos historiadores indios como Primera Guerra de Independencia de India.

OTRAS CAUSAS SUBYACIAN
Sin embargo, tras esta causa subyacían otros motivos de mayor calado, como los abusos cometidos por la Compañía comercial de las Indias Orientales, desafortunados cambios administrativos o las expropiaciones de tierras en el Norte de la India.
El 29 de marzo de 1857 se producían en Barrackpur los primeros chispazos de la rebelión. El movimiento afectó principalmente a Oudh y la Provincia Noroccidental. Los rebeldes tomaron Delhi y proclamaron caudillo al viejo rey de Delhi, descendiente de Tamerlán. Percatado sir George Grey, gobernador de El Cabo, de la gravedad de la situación, dispuso el envío a la India de las tropas que se hallaban en camino de China. De Persia llegaron también oportunamente Outram y Havelock, mientras que lord Elgin, que se hallaba camino de China, enviaba todas sus tropas. Inmediatamente los ingleses sitiaron Delhi y fortificaron el Ganges entre Calcuta y Benarés. En Cawnpur pereció la guarnición inglesa, junto con numerosas mujeres y niños, en espantosa matanza, más todos los esfuerzos de los rebeldes por capturar Lucknow resultaron infructuosos. En septiembre de 1857 esta ciudad recibió auxilio de Havelock y, en noviembre, de Colin Campbell. En septiembre cayó Delhi y los hijos del anciano rey ( a quien se perdonó la vida ) fueron pasados por las armas por orden de Hodson of Hodson’s Horse. A principios de 1858, reconquistado Lucknow y los restantes puntos estratégicos por los ingleses, la rebelión se hallaba prácticamente sofocada. Su fracaso se debió sin duda, a la falta de un caudillo adecuado, a los intereses en pugna de los mismos rebeldes y a la lealtad de los sikhs y los ejércitos de Madrás, Bombay y el Penyab.
La revuelta fue sofocada pero, como consecuencia de ella, la Compañía de las Indias Orientales fue disuelta y el territorio pasó a ser administrado directamente por la Corona Británica, es decir, por la reina Victoria I.


Fuentes: Centro de Investigaciones y Éticas y Clases de Historia

lunes, 17 de julio de 2017

LA GUERRA DEL OPIO

Como señalamos en nuestra primera publicación sobre “Aldea Global”, en plena época colonial, en la que se percibía a Oriente desde Europa como un gran territorio por explotar, asistimos a las primeras muestras de despertar oriental (Guerras del Opio, Rebelión de los Cipayos o Rebelión Bóxer), en un intento por consolidarse como territorios independientes (aunque principalmente en lo económico) de Occidente.
Por los tanto en las tres próximas entregas incluyendo esta, para una mejor comprensión de lo que nos proponemos, vamos a hacer igual número de reseñas de lo que fueron y significaron la “Guerra del opio”, “La rebelión de los cipayos” y la “Rebelión de los boxter.
La Guerra del Opio fue un conflicto que mantuvieron China y Gran Bretaña entre los años 1839 y 1842. La conflagración fue por la introducción en China del opio cultivado en la India y comercializado por la compañía británica de las Indias Orientales, administradora de la India.
Destrucción de barcos chinos por parte de la armada imperial británica
Esta sustancia  constituía una importante fuente de ingresos para los británicos y servía para equilibrar su balanza de pagos con China al compensar el gasto de las ingentes cantidades de té chino que Gran Bretaña importaba.
El comercio del opio fue rechazado y prohibido por el gobierno chino. La puesta en práctica de la abolición recayó sobre el comisionado imperial Lin Zexu.
Los emisarios enviados por los comerciantes británicos e indios quejándose por el quebranto que tal prohibición causaba a sus intereses decidieron a la Corona británica a enviar una flota de guerra que finalmente derrotó a la China.
Como consecuencia de este descalabro el emperador chino hubo de firmar el Tratado de Nanking, por el que se obligaba a China al libre comercio -el del opio incluido- con Inglaterra, a través de cinco puertos (el más importante de ellos Cantón) así como a la cesión de la isla de Hong Kong durante 150 años.
Este conflicto y su resolución a favor de la potencia imperialista británica facilitó la irrupción en el escenario de otras potencias como Estados Unidos, Francia y Rusia que forzaron a China a firmar diversos convenios que han recibido la denominación de “Tratados Desiguales”. Como consecuencia de ellos, en 1860 China se vio apremiada a abrir otros once puertos al comercio exterior con el correspondiente menoscabo de su soberanía. La impotencia china para conservar su independencia frente a las potencias imperialistas se acentuó aún más tras la derrota frente a Japón (1894-1895), que le costó importantes pérdidas territoriales, así como a raíz de la sublevación de los bóxers en 1900.

Ya para inicios del siglo XIX el consumo de opio dentro de la población bajaba los niveles de producción, dejaba totalmente inactivos a los que los consumían y era factor de decadencia social. El consumo habia llegado a nivel tan preocupante que el Emperador Daoguang ordeno a Lin Hse Tsu que combatiera rápidamente esta plaga, y este respondió quemando más de veinte mil cajas de opio de los almacenes británicos de Canton. Luego de esto Lin Hse Tsu le envía una carta a la Reina Victoria de Inglaterra explicándole la prohibición del comercio del opio en China, la carta nunca llega a sus manos y poco después estalla de guerra del opio.

La Reina Victoria de Inglaterra
Debido a que el comercio con China era complicado, pues las naciones occidentales no poseían nada de valor para intercambiar, se empezaron a buscar distintos métodos, entre ellos la venta de drogas y adictivos a la población. Para 1839, el opio surtido por Estados Unidos, Reino Unido y Francia había alcanzado a los campesinos aislados y los obreros gastaban 2/3 de sus ganancias en mantener su adicción. Ante esto, el emperador chino prohibió el opio y expulsó a los comerciantes británicos, que al llegar a Londres se quejaron ante el gobierno británico, el cual decidió atacar a China con su poderosa flota para obligarla a comprar el opio cultivado en la India británica.

FIRMA DEL TRATADO DE NANKÍN
Las tropas chinas no pudieron hacer frente a los británicos, se rindieron ante ellos, y China tuvo que aceptar la rendición con la firma del Tratado de Nankín. El tratado se firmó el año de 1842 y estipulaba el fin de la Primera guerra del Opio. Con él, China cedía la isla de Hong Kong al Reino Unido y aceptaba la apertura de sus puertos al comercio internacional.
La apertura de china al comercio exterior era el propósito principal del tratado.
La dinastía Qing se vio obligada a pagar 21 millones de dólares en compensación por los gastos de la guerra y el cargamento de opio quemado en 1839 por Lin Hse Tsuy.
China debió liberar a los prisioneros de guerra británicos y conceder la amnistía a los chinos que ayudaran al gobierno inglés.
El 1 de julio de 1997 Hong Kong fue devuelto a China (150 años después de la firma del tratado).
El comisionado imperial Lin Zexu.
EXPANSIONISMO IMPERIALISTA
En la década de 1850 se vio un rápido crecimiento del imperialismo.  Algunos objetivos compartidos entre las potencias occidentales incluían expandir sus mercados ultramarinos y establecer nuevos puertos de escala.
Tanto el acuerdo francés conocido como Tratado de Huangpu, como el pacto estadounidense llamado Tratado de Wangxia contenían cláusulas que permitían la renegociación de dichos tratados después de doce años. En un esfuerzo de expandir sus territorios en China, el Reino Unido pidió a las autoridades de la dinastía Qing renegociar lo acordado en el Tratado de Nankín, en 1842, citado anteriormente.
 La impotencia china para conservar su independencia frente a las potencias imperialistas se acentuó aún más tras la derrota frente a Japón (1894-1895), que le costó importantes pérdidas territoriales.
Fuentes: Claseshistoria.com, Ecured.cu, Wilkipedia.org

sábado, 15 de julio de 2017

PORQUE SOMOS ALDEA GLOBAL




El mundo dejó de ser un planeta donde cada país marchaba de forma independiente, manteniendo sus costumbres, sus intereses y su idiosincrasia y hasta su propia soberanía. Después de la II Guerra Mundial y de la Guerra Fría, un grupo de naciones acordaron suscribir convenios,  abriendo sus fronteras, intercambiando su cultura y colaborando unas a otras en su desarrollo económico. Comienza aquí la decadencia de los nacionalismos y se abren a un proceso de globalización. A nivel internacional y en las redes sociales se le llama a la Tierra “La Aldea Global”.
Nuestro universo es global. Sus retos colectivos se hallan inmersos en los problemas económicos, energéticos tecnológicos, políticos y de otra índole a fin de definir un mundo mejor.
Desde este Blogger “Aldea Global con Jairo Pardey Arrieta”, pretendemos ayudar a comprender las estrategias que muchas naciones utilizan para integrarse más a la globalización e informar sobre lo que ocurre en diversas naciones, muchas de ellas olvidadas por la comunidad internacional.
Para ello, estudiaremos las grandes tendencias que vivimos, como el auge de las clases medias o la revolución energética; desglosaremos los riesgos económicos, políticos y de seguridad que nos acechan; y dibujaremos un escenario de futuro en el que un modelo de gobernanza global sea capaz de responder a los retos colectivos que nos acechan. Informaremos igualmente sobre los hechos que ocurren en los diversos países y daremos a conocer muchas naciones que aparecen en el olvido de la comunidad internacional.
 Los analistas han reseñado que a lo largo de la historia hemos asistido a la configuración de diversos escenarios espaciales donde se han ido forjando diversos imperios y culturas que han conformado el desarrollo de las comunidades humanas. Desde el comienzo de la historia, podemos ver como esos escenarios se fueron desplazando desde grandes cuencas fluviales (iniciándose en Mesopotamia y el Nilo) a las primeras culturas marítimas (griegos y fenicios). Esta evolución supuso el nacimiento de lo que hoy conocemos como civilización occidental, surgida del auge del Imperio Romano, instaurador de la cultura judeocristiana en Europa, de donde se extenderá posteriormente a través de la época mercantilista y colonialista, y por qué no decir  de la industrialización, hacia gran parte del mundo, especialmente hacia América. El avance de toda esta evolución, que pretendemos analizar simplemente como “La Historia” y que se ha centrado fundamentalmente en la evolución de la civilización occidental, ha ignorado que, paralelamente, ha habido otras culturas e imperios que han evolucionado en otros escenarios. Dichas culturas se han relacionado con el mundo occidental durante breves períodos intermitentes y no es hasta época moderna cuando las comenzamos a percibir como parte del mundo.
Reseñan los historiadores que “la lejanía espacial entre Oriente y Occidente provocó que ambas culturas convivieran en el mismo mundo prácticamente sin saber la una de la existencia de la otra. La sociedad occidental, aún hoy, no es plenamente consciente de la riqueza cultural e histórica de Oriente. Cuando Europa se encontraba en plena Edad del Hierro, China ya era un imperio consolidado bajo la dinastía Han e India llevaba varios siglos acogiendo a la cultura védica.”
 Tal sigue siendo nuestro desconocimiento hacia Oriente que seguimos obviando que dos de los pilares fundamentales del desarrollo occidental de la Edad Moderna, como son la pólvora y la imprenta, ya eran dominados en Oriente desde varios siglos antes.
En plena época colonial, en la que se percibía a Oriente desde Europa como un gran territorio por explotar, asistimos a las primeras muestras de despertar oriental (Guerras del Opio, Rebelión de los Cipayos o Rebelión Bóxer), en un intento por consolidarse como territorios independientes (aunque principalmente en lo económico) de Occidente.
No es hasta después de la II Guerra Mundial cuando comenzamos a percibir Oriente como algo más que un escenario de colonización. La independencia de India en 1947, así como la creación de la República Popular China en 1949 o el resurgimiento japonés como potencia industrial y económica, suponen el lento despertar de este hemisferio para su conformación como eje fundamental de la Geopolítica actual. Será uno de los principales teatros de operaciones de la Guerra Fría, viviéndose algunos de sus episodios fundamentales, como las Guerras de Corea y Vietnam y las incursiones militares en Afganistán e Irak.
Los expertos en geopolítica global consideran que “mientras asistimos a la creación de este segundo “Telón de Acero” en Oriente, la percepción occidental no sería plenamente consciente de la evolución paralela que experimenta la zona. El gran peso demográfico de la región no es percibido en Occidente como una potencialidad hasta época reciente. A causa del grave atraso socioeconómico generalizado en la región, esta potencialidad no ha jugado una baza importante hasta que no se han superado los primeros obstáculos que permitieran alcanzar sus actuales niveles de desarrollo”.